* Escúchese con la siguiente canción de fondo: Stars de Nina Simone.
Antes deseaba tener tus hijos.
Esperaba un día la ilusión de ver mi pancita crecer y pensar en todas las aventuras que tendría con ese niño o niña al que daría a luz.
Me imaginaba a ese bebé durmiendo, viendo la oportunidad de hacer bien lo que mis padres y la sociedad hicieron mal. Pensar en sus pañales, desvelos y biberones. Imaginaba que tú y yo haríamos una vida juntos con el bebé.
Crecería poco a poco y quizá empezaría a tener tu cara, una cara morena o quizá pudo haber tenido mis ojos; no lo sé. Vería sus primeros pasos, sus llantos y sus berrinches. Seguramente tendría que buscar la forma de cómo educarlo, buscar vías alternas para no usar el típico chanclazo en la criatura. Jugaría con él y lo amaría, porque sabía que llevaría nuestra sangre y que sería el mayor amor de la vida para ambos.
Seguramente estaría protegiéndolo todo el tiempo, cuidándolo en su enfermedad, estando a su lado y durmiendo también con él para protegerlo de los monstruos. Me hubiese gustado ver sus travesuras, verlo correr en el pasto, bajo la lluvia o escondiéndose debajo de la cama. Seguramente sería también una mamá regañona y estaría persiguiéndolo en donde fuera que estuviese.
Le imaginaba también en su primer día de clases; decirle que empezaría una gran época de triunfos y fracasos, y cuando empezara a llorar, explicarle que no pasaría nada, que estaré esperándolo a la hora de la salida para verlo de nuevo. Compartiría mi infancia con él, le diría que fue una gran época y que me hubiese gustado ser su mejor amiga, ganarme su confianza. Elegiríamos juegos, le leería, le hablaría de otros mundos y otras épocas. Le daría todas las herramientas para soñar y para hacerlos realidad. Lo amaría por todas las cosas, como te amé a ti alguna vez.
Y en su adolescencia, confiaría en las herramientas que le di como persona. Seguramente se equivocaría, una o muchas veces, sería rebelde como yo o podría haber sido tan talentoso como tú, o quizá hubiese sido un hijo o hija estudioso y nerd, no lo sé; eran tantas las posibilidades.
Empezaría a salir, a conocer otras personas y poco a poco se definiría, propio de la edad. Sentiría poco a poco su independencia, su ausencia y a pesar que como madre me dolería separarme de mi hijo, me gustaría ver los resultados de todo el amor, la educación, el cariño y la disciplina que implicó criarlos. Quizá empezaríamos a pelear porque sus sueños son diferentes a mis ideas. Seguramente buscaría viajar por el mundo, ir a fiestas, elegir una carrera que me disguste o muchos desacuerdos más. Y al final, me hubiese gustado llegar a entendernos y esperar a que él pudiera aprender de sus caídas y aciertos. Algo así me imaginé.
Pero no es así… nunca lo será.
Me quitaste la oportunidad de ser la madre de tus hijos, de unos hijos que nunca nacerán o que murieron antes de nacer, de existir. No sabes el dolor que implica para mí todavía pensar, en ese amor que tenía para esos seres, serán para otros más, para una familia, la que algún día conoceré y que haré en un camino distinto al tuyo.
No quiero ver a tus hijos porque me rompería el corazón al saber que los míos nunca nacieron, que nunca crecerán, que nunca tendrán mis ojos, tu piel, tu complexión. Duele saber que nada de esto será lo que imaginé. Duele saber que debo decir adiós a ello para siempre. No poder sentir esa pancita, no poder sentir el amor de madre que tenía para esos bebés. No podré ver a ese niño o niña crecer, darle mi apoyo, mi cariño, todo lo que planeé. Nunca podré ver al adolescente rebelde, nunca podré decirle adiós a mi hijo adulto. Nunca más veré tu cara ni la mía en ellos y es tan grande el dolor que sé, que si no los dejo ir, me hundiré con esos fantasmas hasta mi tumba.
Sé los nombres que les pondrás a tus hijos cuando los tengas, porque eran los mismos nombres que mis propios hijos tendrían…
Sin embargo, en algún lugar, en otra dimensión, en otra vida, esos hijos sí existieron, sí crecerán. En esos mundos sí jugarán, comerán, serán felices y tristes, pero serán, realmente serán. Es estúpido pero sólo en ese mundo ideal quedarán, en una vida plena, en el cariño y en el amor de familia que nunca, nunca jamás tendrás.
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