Ambas habíamos visto lo mismo. Es el fin del mundo y todos están suicidándose. Ella había visto las cosas que iban a pasar y todo lo que se iba a caer y asustada, corrió como loca por la calle. Yo desde lejos veía como subió a la azotea del octavo piso con una maleta y se aventó desde el filo del edificio. Después, la demás gente empezó a aventarse con maletas y sombrillas abiertas, pero empezaron a chocar todos al caer. Y yo le digo a la persona que me cuida, que por favor, no se olvide de mis viejos que están afuera, antes de que empiece a caer la tormenta.
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