La Marcha de los Cerdos.

En su carro fúnebre, pasan los cerdos por la avenida.

Nadie los mira, nadie los entiende.

Se siente la angustia de sentir respirar el anuncio de su fatal destino.

Van derecho al infierno y a su agonizante final.

En sus jaulas miran a seres caminando.

Gritan por ayuda, pero nadie los entiende.

Los cerdos lloran porque presienten el filo de su fatalidad.

¿Hay alguien por ahí que se compadezca de ellos?

Atraviesan la transitada avenida, donde la gente queda incólume,

donde viven sus vidas normales,

donde nadie quiere saber del dolor y de la muerte.

Los cerdos viven la angustia del infierno que les espera.

Texto publicado inicialmente en:

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